Las lentejas y el monarca

Las lentejas y el monarca

Si supieras vivir de lentejas, no tendrías que adular al monarca

El filósofo griego Aristipo (435-350 a. C.) consiguió una cómoda posición en la corte del tirano Dionisio I el Viejo, de Siracusa.

Un día, al observar cómo su colega Diógenes el Cínico (c. 412-323 a. C.) se preparaba unas humildes lentejas para comer, le dijo:

—Si supieras adular al monarca, no tendrías que vivir de lentejas.
—Y si tú supieras vivir de lentejas, no tendrías que adular al monarca —le replicó Diógenes.

Bien,

Creo que la moraleja
Es bastante clara
Y sencilla

Y que los aquí presentes
Tenemos capacidad de raciocinio

Pues eso

Centro de Nogal Ibérico

Mira,

No voy a ser yo,
Ni mucho menos,
Quien te diga que te conformes
Con poco
O con mucho

Que cada cual
Haga lo que considere oportuno,
Faltaría más

Pero lo que si te digo,
Y te lo digo sinceramente

Es que está última pieza
Que he realizado

Es una auténtica locura,

Me flipa

No se si es la forma orgánica,
Esas curvas suaves
Que no sabes muy bien,
Donde empiezan y donde acaban

No se si es el tacto suave,
El brillo natural del aceite y la cera

O si es por esa veta increíble,
Que acompaña esas lineas curvas
Creando una unión perfecta

No lo se,
La verdad

Pero lo que si se,
Es que me encanta

Pues eso

Algunas más que me flipan,
Es aquí
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